El pasado mes de diciembre, el Dr. Eduard Vieta tomaba el relevo del Dr. Celso Arango como director científico del CIBERSAM. En esta entrevista, esboza las líneas maestras del proyecto para esta nueva etapa, que pasa por consolidar al Centro en la senda de excelencia que ha llevado a la investigación española en Salud Mental a ser un referente europeo.
-Acaba de estrenarse como director científico del CIBERSAM, ¿qué objetivos se marca desde esta responsabilidad?
-El primer objetivo es dar continuidad a la extraordinaria labor realizada desde su inicio por el CIBERSAM en su conjunto, con el liderazgo del anterior director, Celso Arango, que ha permitido situar a la investigación en salud mental española en el punto más alto de su historia en cantidad y calidad de producción científica. Para ello seguiremos la ruta del fomento de la meritocracia, la competitividad, la cooperación y la internacionalización, que tan buenos frutos está dando.
Pero por bien que se hagan las cosas, siempre es necesario innovar y promover nuevas iniciativas. Afortunadamente, la transición de una dirección científica a otra viene muy bien impulsada por el plan estratégico que hemos elaborado entre todos en este período y que va a marcar nuestros planes para el trienio 2017-2019. En él se contemplan la mayor parte de los objetivos que nos hemos marcado para esta nueva etapa, y que incluyen una mayor participación de la sociedad civil y particularmente de los afectados por enfermedades mentales y sus familias en nuestras decisiones, un mayor énfasis en la innovación, un mejor uso de nuestras plataformas, una política activa de promoción de la calidad, una agilización de la gobernanza, facilitando la participación de los grupos y de los investigadores en la misma, una definición más precisa de nuestra cartera de servicios, incorporando una plataforma de ensayos clínicos, y todo ello en un marco de sostenibilidad, que nos obliga a buscar recursos complementarios a la subvención que recibimos del Instituto de Salud Carlos III.
-¿Qué balance hace de la trayectoria del CIBERSAM hasta el momento?
-Más que el balance que pueda hacer yo, es más importante el que ha hecho el propio Instituto de Salud Carlos III y sus evaluadores externos, que han puesto al CIBERSAM a la cabeza de las áreas CIBER, y el que hacen los ciudadanos como respuesta a las múltiples actividades de difusión de nuestras actividades en medios y redes sociales.
-¿Cuáles son los desafíos para esta nueva etapa?
-La consolidación de nuestra trayectoria ascendente, incorporando nuevos grupos de calidad y discontinuando, por doloroso que sea, aquellos que por circunstancias diversas pierden competitividad; progresar en la colaboración entre grupos básicos y clínicos, con el fin de trasladar el avance del conocimiento a la cabecera del enfermo; un mejor aprovechamiento de las herramientas de las que nos hemos dotado en este período inicial, como plataformas y lazos colaborativos; un mayor progreso en innovación y particularmente en la consecución de patentes, algo que resulta más difícil en el campo de la salud mental que en otras áreas del conocimiento, y proseguir el trabajo extraordinario que se ha hecho en aspectos como la internacionalización de la investigación y la formación de jóvenes investigadores, con nuestro exclusivo master interuniversitario de iniciación a la investigación en enfermedades mentales y nuestro laboratorio de ideas.
-¿Cuáles considera las principales fortalezas del proyecto CIBERSAM y cuáles aspectos se pueden percibir como debilidades?
-Nuestras fortalezas son la extraordinaria solidaridad y capacidad de colaboración de los grupos que constituyen CIBERSAM, nuestra capacidad de obtener proyectos europeos y norteamericanos, nuestra política de formación, y el nivel alcanzado de excelencia científica. Todo ello, en el marco de una política exitosa de captación de recursos adicionales aparte de la subvención del Instituto de Salud Carlos III.
Nuestras debilidades derivan de aspectos que constituyen parte de la cultura investigadora de nuestro país, como la ausencia de políticas de promoción de la investigación a largo plazo, de atracción de talento y de consolidación competitiva de la carrera investigadora, no sujetas a vaivenes políticos, la rigidez de la estructura CIBER como consorcio del estado, que comporta una carga administrativa desproporcionada y una falta de cintura desesperante para adaptar los presupuestos y su ejecución a las necesidades de flexibilidad que precisa la gestión investigadora, y la tradición de ser mejores investigadores que inventores, en detrimento de la innovación. En la medida de lo posible, nos planteamos superar dichas debilidades con acciones específicas.
-¿Qué ventajas ha aportado a la investigación en este campo el hecho de contar con una estructura como CIBERSAM en el área de la Salud Mental?
-Ha sido, inequívocamente, un antes y un después. CIBERSAM ha impulsado la productividad de los grupos que ya existían previamente, pero sobre todo ha fomentado una cultura de colaboración entre grupos que ha cambiado la forma de investigar en neurociencias aplicadas a la salud mental, acercando básicos y clínicos y subiendo el nivel y la ambición de los proyectos de investigación. Por ejemplo, el proyecto FIS coordinado con más grupos que se haya concedido por el Instituto de Salud Carlos III juntó a 18 grupos de CIBERSAM, y CIBERSAM ha liderado el proyecto europeo de la definición de la hoja de ruta de investigación europea en salud mental. Nada de esto habría ocurrido sin la decisión política de crear un centro en red de investigación sobre enfermedades mentales.
-¿Cómo valora la investigación en Salud Mental que se hace desde España?
-A día de hoy está reconocida como una de las más pujantes a nivel europeo, y en algunas enfermedades somos líderes mundiales.
-¿Cuáles considera que han sido hasta el momento las principales aportaciones que han hecho los grupos del CIBERSAM a la investigación en Salud Mental?
-Para ser breve, además del liderazgo en la definición de la hoja de ruta en investigación, CIBERSAM ha hecho grandes aportaciones a la comprensión de los primeros episodios psicóticos, y cuenta con una cohorte de los mismos que todavía va a dar más frutos en un futuro, y también ha liderado avances muy importantes en el tratamiento farmacológico y psicosocial del trastorno bipolar. A diferencia de otros organismos y áreas de investigación, CIBERSAM dispone también de grupos que investigan en población infanto-juvenil, dando continuidad a la comprensión de los factores del neurodesarrollo a lo largo de la vida y su influencia sobre la expresión clínica de las enfermedades psiquiátricas. Contamos con programas de depresión y de enfermedades como el trastorno obsesivo-compulsivo, entre otras, que han aportado avances sustanciales con aplicación directa a la práctica clínica, y un programa de alta traslacionalidad con gran representación de grupos básicos en innovación terapéutica. Nuestras plataformas, como por ejemplo la de ADN, cuentan con más de 16.000 muestras listas para su uso en proyectos de investigación. CIBERSAM ha redactado numerosas guías clínicas para reducir la variabilidad de la práctica clínica en el sistema nacional de salud. Participamos activamente en dos nuevos proyectos europeos (PRISM y RADAR) de altísimo interés estratégico y científico. En resumen, CIBERSAM ha aportado avances en el conocimiento científico tangibles que han mejorado la atención a las personas con enfermedades mentales y ha establecido un marco de colaboración científica que nos ayudará a comprender mejor, tratar, e incluso prevenir muchos de los trastornos que, a día de hoy, causan un gran sufrimiento a la sociedad.
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