Un nuevo estudio de investigadores de investigadores del CIBERESP en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y el IMDEA de Alimentación publicado en la revista Mayo Clinic Proceedings, muestra que seguir un estilo de vida mediterráneo se asocia con una reducción del dolor en adultos mayores. El trabajo sugiere que una intervención en el conjunto del estilo de vida podría disminuir la necesidad de tratamientos analgésicos, pero sobre todo, la carga de discapacidad asociada al dolor persistente en estas personas.
El dolor es una condición común a todas las edades, sin embargo, es particularmente frecuente en los adultos mayores. Desafortunadamente, el tratamiento farmacológico actual tiene una efectividad limitada y no está exento de riesgos. Sin embargo, “el dolor también puede abordarse con medidas no farmacológicas” comenta Mario Delgado-Velandia, estudiante del doctorado en Epidemiología y Salud Pública de la UAM. “De hecho, factores de estilo de vida modificables —como la actividad física o la dieta— tienen efectos antinflamatorios y antioxidantes que pueden modular el dolor y, por tanto, contribuir a su abordaje en adultos mayores”.
Pese a que se conocía el efecto de algunos factores del estilo de vida en el control del dolor, ningún estudio había evaluado el efecto conjunto de un estilo de vida en la evolución del dolor y de algunas de sus características. “Por tanto, nosotros evaluamos la asociación entre adherencia a un estilo de vida mediterráneo y cambios en el dolor global y en tres de sus principales dimensiones (frecuencia, severidad del dolor, y número de localizaciones dolorosas) utilizando datos de 6562 adultos mayores que son parte de las cohortes Seniors-ENRICA-1 y Seniors-ENRICA-2” comenta Fernando Rodríguez-Artalejo, catedrático del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública, y Microbiología de la UAM, jefe de grupo del CIBERESP, e investigador principal de los estudios Seniors-ENRICA.
Tras tener en cuenta el efecto de factores sociodemográficos y clínicos, los investigadores encontraron que al cabo de tres años una mayor adherencia al estilo de vida mediterráneo —valorado con la escala MEDLIFE— se asoció con una mejoría del dolor global y de sus dimensiones. La escala MEDLIFE mide a) el consumo de alimentos típicos de la dieta mediterránea; b) hábitos alimentarios (por ejemplo, picar entre comidas) y; c) la actividad física, el descanso y la convivialidad.
Mercedes Sotos-Prieto, autora principal de esta investigación, epidemióloga en la UAM y en el CIBERESP, y profesora adjunta en la Escuela T. Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard, explica que “la dieta mediterránea ciertamente ofrece beneficios para el tratamiento del dolor, sin embargo, nuestros resultados muestran que el conjunto del estilo de vida mediterráneo ofrece aún más beneficios que sólo la dieta”. Por este motivo “nuevas investigaciones deberían estudiar los mecanismos sinérgicos de los factores contemplados dentro del estilo de vida mediterráneo”, finaliza la Dra. Sotos-Prieto.
Aunque los resultados fueron consistentes en las dos cohortes evaluadas, “nuevos estudios prospectivos y experimentales en poblaciones mediterráneas y no mediterráneas deben confirmarlos” comenta Rodríguez-Artalejo. Sin embargo, “nuestro estudio sugiere que una intervención en el conjunto del estilo de vida podría disminuir la necesidad de tratamientos analgésicos, pero sobre todo, la carga de discapacidad asociada al dolor persistente en adultos mayores” resalta la Dra. Sotos-Prieto.
Artículo de referencia:
Delgado-Velandia, M., Ortolá, R., García-Esquinas, E., Struijk, E.A., López-García, E., Rodríguez-Artalejo, F., Sotos-Prieto, M. 2022. Adherence to a Mediterranean Lifestyle and Changes in Frequency, Severity, and Localization of Pain in Older Adults. Mayo Clinic Proceedings, doi: 10.1016/j.mayocp.2022.01.009